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Sucesos / Anne Balaan
Luego de 4 meses de espera ilusionada, Erika, una enfermera de un hospital marabino decidió que ya no valía la pena continuar esperando algo que a todas luces jamás recibirá.
"A esta fecha son 400 dólares que debíamos haber recibido como Héroes de la Salud, que enfrentamos a diario la pandemia del COVID-19" dice enojada, mientras busca en una gaveta una jeringa para administrar un analgésico a un paciente que ha llegado con dolor a la emergencia.
"Desde el 2015 nos empezaron a pegar las sanciones de EEUU contra PDVSA, emitidas en 2011. Y eso creo que pasó con todo el sistema público y privado de salud, pues conozco gente que me ofrece las mismas impresiones. Aunque algunos nos engañamos alguna vez creyendo que las sanciones no nos afectarían, lo cierto es que sí lo han hecho y eso se ve en los bajos salarios y en los problemas con la dotación. Con los 100 dólares que ofreció el sr. Guaidó, yo pensaba juntarlos y comprar un aire acondicionado usado para mi hija pequeña, ya que el que teníamos se dañó y no hemos tenido como comprar otro, a raíz de los problemas que han generado las sanciones a la economía del país" dice aclarando que aunque su profesión no son las finanzas, un hermano suyo le ha explicado bastante bien cómo afectan las sanciones al PIB y cómo una reducción de este pulveriza los salarios.
"Mis compañeras y yo creemos que ese dinero se lo robaron también. Que pasó lo mismo que con el dinero de la ayuda humanitaria, que se la robó Léster Toledo y sus allegados" expresa con voz firme mientras tira el empaque de una jeringa a la papelera, para administrar una inyección.
Similar parecer manifiesta Pablo, un joven médico también marabino, que labora en el sistema público.
"Yo hacía consultas privadas para equilibrar un poco mis ingresos, en mi tiempo libre, pero a raíz de la pandemia, la cuestión se me hizo más difícil. Me alegré mucho cuando mi mamá que es muy amiga de algunas personas que son dirigentes de Primero Justicia y VP, me dijo que era seguro que ese dinero lo comenzaríamos a cobrar hace ya más de 3 meses. Incluso me censé y cumplí con todos los requisitos exigidos para optar a esa ayuda, que aunque solo es un pequeña fracción del sueldo que teníamos antes de las sanciones, siempre será bien recibida pues ayuda, sobre todo a las enfermeras y demás personal, pues los médicos siempre tenemos otros ingresos por consultas privadas, eso no es secreto y ha sido así siempre, tampoco es ilegal mientras se cumpla el horario en el trabajo público" aclara con un dejo de desesperanza, mientras escribe el récipe de un paciente.
"Lo que se dice es que eso jamás nos lo van a dar, que el dinero se lo robó Guaidó y su gente. No sé si será verdad, pero que lo diga mamá, que es una opositora de siempre, ya me da algo que pensar. A Dios gracia, cuando comencé mi carrera de médico en 2008, ganábamos bien y eso me permitió ahorrar, tener mi apartamento y mi auto, y en cierta forma poder soportar estos 9 años de sanciones, pero no soy optimista porque todo profesional sabe que Venezuela vive del petróleo y si EEUU no deja que lo vendamos, no sé de qué vivirá este país. Es triste, pero por ese camino parece que se quisiera provocar una hambruna" finaliza diciendo el galeno cuya edad ya bordea los 40 años.
Otros profesionales de la salud consultados son de la misma opinión que Erika y Pablo.
"Todo se puede resumir en cuatro palabras: Se robaron el dinero" dice con malhumor, Ambar, una enfermera cuya declaración completa diciendo que "con ladrones como Guaidó tratando de cambiar el gobierno, son pocas las esperanzas que tenemos de salir del régimen". Punto.
La euforia de aquellos días de febrero y marzo, cuando la gente soñaba con recibir el bono de salud ofrecido por Juan Guaidó, ha dado lugar a una resaca de rabia hacia la figura del diputado y de sus más cercanos. La suma de los escándalos de corrupción que han salido a la luz, su vinculación con el cartel del narcotráfico colombiano Los Rastrojos y el incumplimiento de todas y cada una de las promesas hechas han vuelto añicos la fe que alguna vez sus seguidores pusieron en él.
"Se lo robaron, nada más que eso" resume la percepción y la rabia de miles de profesionales de la salud que sintieron que venía un respiro a sus golpeados bolsillos.
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